Mi historia, contada por mi;
Forjando mi Camino
Nací en el corazón de la vibrante Cuba. Pasé mi infancia en una isla rodeado de mar, lo que me acostumbro a la belleza y la diversidad del mundo que me rodea. Aunque mi país tenía algunas restriciones y limitaciones que nos hundía en la pobreza. Para ser exactos el 90% de la población vivia en la pobreza, no existía el libre mercado y no había libertad de expresión. Sin embargo, en medio de estas dificultades, encontré la fuerza interna para soñar en grande y luchar contra aquello que se interpusiera en mi camino hacia la libertad.
Crecí con mi madre como hija única. Ella asumió toda la responsabilidad como madre soltera. Recuerdo cómo mi madre trabajaba duro para llegar a fin de mes y darme lo mejor que podía. En mi país natal, la escasez era un problema constante y para conseguir comida teníamos que hacer largas colas y conformarnos con lo que nos proporcionaba el gobierno. A pesar de las dificultades, mi madre hizo todo lo posible para que no me faltara de nada. De ella heredé la sangre española y una muy buena educación. Gracias a ella aprendí el valor del esfuerzo y la dedicación al verla luchar cada día.
En la escuela, solía ser un chico tímido al cual le costaba acercarse a la chica que le gustaba. Solía ser muy disciplinado, que cumplía con todas las reglas. Aunque en el fondo me mostraba rebelde en cuanto a la educación publica que recibía. La escuela era gratis, pero tendría que pagar un alto precio por desaprender el adoctrinamiento que se ejercía sobre mí. Descubrí pronto que me gustaba aprender por mí mismo. Fue una época interesante para crecer porque coincidió con la expansión de internet.
Era un chico que buscaba marcar una diferencia, hacer cosas grandes, a veces tenía prisa, y contantemente se me podría encontrar sumergido en libros que me transportaban a nuevas vías de conocimiento e historias. Me encantaba leer, pero no podía comprar libros nuevos porque teníamos que priorizar la comida. Así que accedía a libros donados por otros. La primera novela que leí fue "El Alquimista" y después "Cien años de soledad", desde entonces no paro de leer todo lo que se me cruce.
Un día tomé la decisión de dejarlo todo atrás y exiliarme en Estados Unidos. El servicio militar obligatorio se acercaba y la dictadura cubana parecía nunca acabar. No fui el unico. Más de un millón de Cubanos huyeron de Cuba. Mi experiencia en Estados Unidos, fue así como una historia de amor. El país me adopto y me regalo la libertad que tanto buscaba, y en cambio me sentí profundamente responsable de dar lo mejor de mí para preservar y honrar los principios que la hacen grande. Aunque no todo fue color de rosa. Tuve que atravesar por todos los conflictos y dificultades de un inmigrante.
Mi primer trabajo en Estados Unidos fue como vendedor. Fue una época en la que mi introvertida naturaleza chocaba con la necesidad de comunicarme con desconocidos. Mi trabajo inicial consistía en recolectar formularios de contacto de personas que, con el tiempo, podrían convertirse en clientes de la compañía que representaba. Así fue como me encontré tocando puerta a puerta bajo el sol de Miami. De igual modo, para una persona tímida como yo, era un desafío. A pesar de los miles de rechazos que recibía y las puertas cerradas en mi cara, seguía adelante. Tenía un objetivo claro en mente y una visión del futuro que quería construir. Por cada cliente que lograba conseguir para la compañía, ganaba 5$, pero lo que gané en experiencia y habilidades no tenía precio. Lo más importante, esta etapa de mi vida me enseñó el valor del trabajo arduo y la perseverancia. Aprendí a no rendirme, a enfrentar el rechazo y a mantenerme enfocado en mis metas. Cada día, en medio de las dificultades, recordaba mis sueños y eso me daba la fuerza para seguir adelante. Hoy, miro hacia atrás con orgullo en esta experiencia inicial como vendedor. Fue un capítulo crucial en mi historia de vida que me transformó de un joven tímido, en alguien más seguro y capaz.
Mi faceta como novelista comenzó cuando noté que mis pasión por las palabras no se limitaba a la lectura; estaba dispuesto a escribir yo mismo las historias que quería leer y no existian. Recuerdo que antes de aprender a escribir, ya fingía escribir. Un día comencé a escribir una historia que tenía en mi corazón y memoria. La historia tomó forma. A medida que las paginas se apilaban, también se acumulaban las lecciones aprendidas y la certeza de que mi sueño estaba al alcance de mis manos. Esa historia le dio inicio a mi carrera como novelista, era una novela a la cual titulé; Escalando Montañas.
A menudo para poder trabajar en mi novela, tenía que encontrar soluciones creativas dentro de mi limitado entorno. Muchas veces tenía que trabajar en un pequeño y apartado rincón. Pero, en realidad la literatura se convirtió en mi verdadero refugio, una vía de escape y una forma de expresión que me permitía compartir mis pensamientos y mis visiones con el mundo.
A los diesinueve años fundé una empresa cuya misión es transformar la salud global. La búsqueda de la innovación y la democratización de la atención medica se convirtió en mi nueva cima por conquistar. Convertir la visión en realidad se convirtió en una responsabilidad para mí. Nuestros comienzos también fueron humildes, pero se convirtió en una aventura y estoy emocionando por lo que el futuro tiene reservado para nosotros en Mederi KOI.
Mi historia recién comienza. A penas he empezado a escribir las paginas de lo que está por venir. A veces hasta yo me sorprendo. Mi misión continúa, mi visión sigue evolucionando y mi pasión es más fuerte que nunca. Estoy listo para enfrentar cualquier tormenta, aprender lecciones de ella y seguir forjando mi camino.
– Rene De Paz
Actualización: 2024